Para lograr los objetivos que nos proponemos nos inspiramos en la experiencia de Don Bosco y en su forma y estilo educativo. Por eso:
- Creamos un ambiente de familia como vehículo para la propuesta de valores.
- Valoramos especialmente la relación personal, el diálogo sincero, la participación y el protagonismo de los jóvenes.
- Acogemos a cada uno tal como es, con sus problemas, ilusiones y expectativas, en una relación cordial, y apelamos a los recursos interiores positivos que todo joven posee para ir superando sus limitaciones y dificultades.
- Fomentamos un clima de alegría y optimismo que favorezca una visión positiva de la vida, de los jóvenes y de su futuro.
- Alentamos el sentido del deber y la responsabilidad en los estudios como forma concreta de compromiso personal, de servicio a los demás y de respuesta filial a las expectativas y esfuerzos de la familia.
- Promovemos la capacidad de reflexión y el espíritu crítico, la creatividad y el espíritu de superación, para vencer la pasividad, la mediocridad, la indiferencia o el conformismo.
- Cuidamos el acompañamiento personal por parte de los educadores y la implicación de las familias como elementos fundamentales del proceso educativo.